¡Curiosa y sagaz, la mente!
deconstruye lo que encomiaba con firmeza
se desentiende de quien no dejaba de pensar
al final el recuerdo es lo único que pudo perpetuar.
Pero ahora le deviene una posibilidad
el destello del faro le ha enceguecido
y cuando ve su realidad de nuevo
le desarmada el abrazo del asombro.
Ahora encerrada de nuevo está
en el laberinto de la repetición
un rostro, una voz, un nuevo corazón
aunque sagaz, el sentimiento vuelve ganar.